jueves, 11 de junio de 2009

Instalación de fontanería. Soldar tubos de cobre


SOLDAR TUBOS DE COBRE




Ya vimos en el post anterior como replantear los tubos para lograr cambiar las tomas del grifo de la ducha, que estaban intercambiados. Ahora vamos a proceder a soldar.





Para soldar tubos de cobre es esencial la limpieza: todas las piezas han de estar relucientes. Así que si quedan restos de impurezas de las tuberías antiguas, deberemos retirarlas con un poco mas de lima o lija y después pasar un trozo de lana de acero que dejará los tubos resplandecientes. Debemos aplicar la lana de acero incluso en los extremos de los tubos nuevos y en el interior de los codos: a mayor limpieza, mejor resultado.





Seguidamente, a medida que vamos limpiando las piezas, untamos los extremos con un poco de decapante o flux, y las vamos montando.

Una vez seguros que están en la posición correcta, podemos soldar. Es conveniente que fijemos la pieza final en su sitio para que no se nos mueva durante la soldadura. Bastará un palo apoyado en ella con un mezclón por detrás… O un clavo en la pared y un trozo de alambre que sujete la pieza al mismo…

Y solo queda soldar…


Para ello, calentamos con el soplete la zona a soldar, haciendo hincapié en la zona más fría. Por ejemplo: si hemos de soldar un codo a un tubo largo, lo que más va a tardar en calentarse será el tubo, así que aplicamos la llama con un poco más de intensidad en el tubo. Cuando veamos que las piezas cambian de color, ponemos la punta del alambre de estaño y veremos que éste se mete entre las dos piezas. Ya está soldado. Seguidamente, pasamos al siguiente punto a soldar y hacemos lo mismo. Esta vez, estará más caliente la parte que acaba de soldarse y calentaremos un poco más la más alejada y aplicamos el estaño… cuando terminemos de soldar todo el tramo, dejaremos enfriar sin echarle ningún líquido. Podéis ver el proceso en vídeo al final del post.





Si ha quedado la pieza final en su sitio, perfecto. Si ha quedado un poco hundida, como es el caso, podemos poner un pequeño calzo detrás que saque un poco la toma. En este caso ha servido un trozo del mismo azulejo que retiramos antes.


Es esencial que la toma quede perfectamente perpendicular a los azulejos, de lo contrario tendremos dificultades a la hora de colocar el grifo y correremos el riesgo de que haya una fuga de agua. para ello podemos poner un palito delante de la toma para ver si su orientación es la adecuada.


Una vez hechas todas las soldaduras, pondremos unos tapones en las tomas y abriremos la llave del agua. Pasaremos un trapo por todas las zonas soldadas para eliminar los restos de decapante, que ocasionalmente, pueden parecer rastros de humedad. Y veremos si hay algún escape.


Si lo hubiere, debemos vaciar completamente de agua la tubería para poder soldarla. Lo mejor para ello es cortar otra vez el agua del baño y abrir los grifos más bajos, que suelen ser los del bidé. Soplamos con fuerza por las tomas de la ducha y así lograremos que el agua salga por el grifo del bidé (un truco que yo mismo he descubierto a base de hacer soldaduras de modo autodidacta).

Calentamos bien la tubería para que se evapore la humedad interior, y podemos volver a soldar.

A veces, las tuberías se quedan sin agua para la comprobación final. Como estaban vacías y hemos puesto unos tapones, se quedan llenas de aire que impide que pueda entrar el agua. Por ello interesa aflojar ligeramente los tapones para purgar la tubería y que se llene de agua. Así podremos comprobar más rápidamente si todas las soldaduras son buenas.

Una vez soldado todo y en perfecto estado, tenemos que proceder a poner los azulejos que retiramos al principio. Lo veremos en el siguiente post.

Más información:

Terra.es



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