martes, 24 de marzo de 2009

Cómo transplantar un bonsái. Transplante de bonsái

Los Bonsáis- cambio de tierra



Os voy a poner un ejemplo de cómo debemos hacer un cambio de tierra con uno de mis bonsáis. Lo compré en un vivero hace dos años y se ve que las hojas no tienen suficiente verdor, apenas crece y le falta vitalidad.

Sin duda, necesita más nutrientes y el inevitable cambio de suelo. En ésta época, el inicio de la primavera, podemos hacer esta operación perfectamente. Hubiera sido deseable quizá, hacerla un poco antes, cuando la savia estaba más parada por el frío y le hubiera permitido recuperarse un poco mejor. Pero es un árbol fuerte y muy bien adaptado.

Pensaba hacer un par de capítulos sobre bonsáis antes que éste, pero como ha encartado hacer este transplante, he pensado que quizá a algún lector que tenga un bonsái en las mismas circunstancias que el mío, le interese el tema y he decidido publicarlo ya.

Quiero también pedir disculpas por la extensión de este post. Espero que no se os haga pesado. Pero no quería quedarme corto de fotos en tan delicado e interesante tema.

Como debemos podar las raíces, aprovecharemos para hacer lo propio con las ramas, para que el árbol esté equilibrado y no sufra más de lo imprescindible.

Lo primero es proveernos de una bandeja amplia que impida que la tierra y raíces sueltas se desparramen por toda la casa. También cogeremos todas las herramientas precisas para el transplante: cuchillo de modelar de madera, tijeras fuertes para bonsái, pala pequeña, tierra para la sustitución, vitaminas para el transplante con vaso medidor y agua destilada.

Vemos que el cepellón está firmemente encajado en el tiesto, de modo que con cuidado de no dañar las raíces más de lo preciso, vamos metiendo el cuchillo de modelar entre ambos. Hay herramientas específicas para hacer este proceso de separación del cepellón, pero a mi me viene muy bien este cuchillo de madera que es respetuoso con las raíces y el tiesto (foto inicial).



Una vez repasado todo el borde del cepellón, vemos que ya queda el tiesto liberado del pan de raíces.



Con sumo cuidado, lo levantamos y vamos retirando primero la tierra que está más suelta. Podemos usar el mismo cuchillo de madera, un palito… lo importante es que sea lo suficientemente delgado para penetrar en el cepellón, pero que no corte o arañe las raíces.

Vamos liberando poco a poco las raíces más externas. Y vemos que algunas son de cierto grosor y longitud.



En bonsái nos interesan las raíces más finas, que son las que proveen de agua y nutrientes al árbol. Las gruesas no nos sirven de nada. De modo que si vemos alguna raíz gruesa con pocos capilares o raíces finas, la cortaremos justo por debajo de algunos capilares, dejando éstos como futura raíz. Eliminando la mayor parte de la raíz larga y gruesa. Esto estimulará la formación de más capilares repercutiendo en la salud del árbol. Y al mismo tiempo, dejará más sitio para albergar más tierra, ya que el bonsái se caracteriza por tener un tiesto lo menor posible. Y esto sólo puede conseguirse a través de esta poda.



No debemos profundizar demasiado, en este caso, habremos saneado como una tercera parte del cepellón, o sea, quitamos la tercera parte del grosor del mismo por la parte inferior. Así dejamos intactas una buena cantidad de raíces unidas a su tierra original, evitando un shock a la planta.



Seguidamente, colocamos en el tiesto unas rejillas especiales para evitar que la tierra nueva y suelta se vaya por los agujeros de drenaje.

Es conveniente añadir una capa de drenaje para asegurarnos que las raíces no estén empapadas por la zona inferior del tiesto y sí se conserven suficientemente oxigenadas. Podemos usar arena más gruesa, que podemos obtenerla de cernir la tierra. También podemos usar grava volcánica menuda. Una fina capa bastará.

Ponemos tierra nueva procurando que ésta tenga la forma de cepellón, para que al colocar el cepellón sobre la tierra no queden huecos o bolsas de aire, que son muy perjudiciales.



Colocamos el bonsái sobre la tierra nueva y con un palito de madera vamos introduciendo a presión tierra por los bordes para que no queden huecos de aire tampoco por esta zona. Es habitual sujetar con alambre de cobre el cepellón al fondo del tiesto. Pero como éste bonsái no va a recibir apenas movimiento y no soporta mucho viento, podemos dejarlo así.




Finalizaremos el transplante con un riego abundante que una el cepellón con la tierra nueva y un riego con vitaminas especiales para bonsái que aumentarán la vitalidad del mismo y evitarán el shock del transplante.



Algo esencial es hacer una poda de hojas y ramas tras el transplante. Puesto que hemos suprimido algunas raíces, debemos suprimir también una cantidad proporcional de hojas, así el equilibrio entre ambos se mantiene.

De hecho, es conveniente hacer el cambio de tierra justo antes de que tengamos que hacer una poda más o menos intensa de ramas y hojas, así matamos dos pájaros de un tiro y la planta no sufre casi nada

En nuestro caso, el árbol está bastante escaso de hojas nuevas. De hecho, debería tener al menos el doble. Por eso, vamos a limitarnos a suprimir los brotes nuevos, en especial los que están orientados hacia arriba, que son los que van a chupar más energía de la planta. De este modo, mientras echa nuevas raíces, el árbol no precisará una demanda extra de nutrientes y podrá extender las raíces en el nuevo substrato sin problemas.

En la medida de lo posible, regaremos con agua baja en sales minerales. Yo suelo usar dos partes de agua del grifo (dejada en reposo para que se disipe el cloro) y una parte de agua destilada.

Otra sugerencia: no abonéis el bonsái una temporada antes del transplante, ni otra temporada tras el mismo.

finalmente, dejaremos el bonsái tranquilo por unos días en un lugar algo más sombreado (si estaba a pleno sol). No le haremos absolutamente nada, salvo ocuparnos de que esté convenientemente regado, sin excesos. cuando proceda, le añadiremos otra dosis de vitaminas con el riego.

más información aqui

en otro futuro post sobre bonsáis os haré algunas recomendaciones para los que aún no tenéis ninguno y queráis saber cómo escogerlo.

5 comentarios:

  1. Me viene fenomenal,es un ficus¿no?.Ahora sé por que el mio esta tan feo,la verdad,le doy pocos cuidados.

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  2. Si, se trata de un Ficus Retusa, muy usado para bónsai por tener hojas pequeñas y un tronco agradablemente rugoso. Los ficus, en general, son resistentes y por ello también son adecuados para principiantes en el mundillo del bonsái.
    Pues ánimo, y ya me contarás cómo te ha ido con el transplante.

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  3. Muy interesante, Carlos. Lo que no me queda claro es el tipo de tierra que hay que utilizar en cada caso.

    Por cierto, me gusta el nuevo look del blog :-)

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  4. Gracias por tu interés, José. Me haces una pregunta muy importante...tanto que le dedicaré un post más adelante, porque es muy extenso para un comentario. Sólo decirte de momento, que he usado una tierra comercial preparada para bonsái. Espero que cuando desarrolle el tama pueda aclarar tus dudas.
    un saludo:
    Carlos

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  5. Merlin:
    Tengo varios prebonsais que he recogido del campo y algunos han sobrevivido, pero los tengo al exterior y no se si es bueno que esten al sol y que les caiga toda el agua de lluvia. Es una de las muchas dudas que tengo pues soy nuevo en esto. Gracias por tus explicaciones.

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